Lo que el ojo no ve

Y el oído no oye

¡Tachán! Me estreno en esto de las newsletters. Era el último charco digital en el que aún no me había metido (bueno, siempre me faltará Twitch, TikTok, Snapchat…).

Pero empecemos por el principio. ¿Para qué quiero yo una newsletter? No sé si soy una motivada de la vida o una inconsciente. Quizá la culpa la tiene mi infancia de teleidiota, alimentada po…